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simple prosa

Rutina

Rutina no tiene por qué ser una palabra despectiva. Gran parte de mi felicidad (hablaré solamente de mi) se apoya en ella. Quizá sea la rutina una simple manifestación de la estabilidad, de ese saber que a corto plazo las cosas van a ir bien. O simplemente según lo previsto, sin sobresaltos.

Sí, parece mentira que sea la misma persona la que escribe esto que la que escribió el post anterior titulado Vértigo, pero todo tiene explicación. El post anterior era probablemente solamente una nota mental para mi mismo, para decirme que tomar iniciativas es bueno, que no hay que esquivar el vértigo, no hay esperar a que sea demasiado tarde, no hay que pensar tanto. Estaba inspirado, claro, por una decisión importante que salió bien.

Sin embargo no hice mucho caso, y es que me es fácil acostumbrarme a vivir a velocidad constante en un entorno sin rozamiento. Pero lo fácil solamente es la mejor decisión a corto plazo. En la vida no suele ser casi nunca acertado elegir la opción "ninguna de las anteriores", el no hacer nada. Es cómodo, pero felicidad y comodidad no son sinónimos.


Vertigo

No quiero hablar del miedo a las alturas sino de la sensacion vertiginosa ante circustancias de nuestras vidas. A todos nos ha pasado. La sensacion de tirarse a un pozo sabiendo que no tiene fondo. No es mas que la manifestacion de la incertidumbre, uno de los maximos enemigos del ser humano. La pregunta no es como puede evitarse este vertigo sino si realmente es necesario evitarlo. Todos sabemos que no se aprende nada de la incertidumbre en si excepto la firme intencion de no volver a pasar por ese trance una vez superado. No obstante, parece indiscutible que casi todas las ocasiones en que se mejora en la vida, en la que se da un paso adelante en el camino a la felicidad, van precedidas del vertigo de la incertidumbre. Y normalmente vale la pena. Al final uno se termina acostumbrando a ese vertigo, como en las atracciones de la feria, e incluso llega a hacerse necesario.